Paraguay demostró que sabe a lo que juega

Paraguay está fuerte de arriba. Sí, pero no con su tradicional juego aéreo, sino que está mentalmente fortalecido. Piensa que tiene equipo para ganarle a cualquiera y lo traslada a la cancha. Por eso, es el único puntero de las Eliminatorias. Porque se sacó de encima sin ningún problema al indefenso Venezuela. Y si bien al principio le costó encontrarle la vuelta, nunca se desesperó y usó la cabeza.

Con Morel como estandarte de los ataques (Bonet nunca se proyectó), Paraguay creció en el juego y en situaciones. Y usó la cabeza para llegar al gol, aunque ahora literalmente. Primero, Haedo se la peinó a Santa Cruz y Riveros, como mandan los libros, tiró la diagonal de la derecha al medio para empujar el buscapié de Morel, quien a esa altura ya era una especie de wing. Y con la cabeza llegó el segundo. Aunque esta vez con los roles invertidos. Santa Cruz, de buen primer tiempo, se la peinó a Haedo, quien quedó inexplicablemente solo frente a Vega. Y liquidó. Con la frialdad de un delantero curtido en la materia y la serenidad de un delantero de un equipo que sabe a lo que juega.

Venezuela ayudó, es cierto. Nunca atacó con la fuerza necesaria (sólo tres jugadores llegaban a posición ofensiva en cada avance) y defendió para que Paraguay lo goleara. Pese al 2-0 y a sufrir poquito y nada del visitante, los de Martino fueron por más, empujados por los 40.000 hinchas que se ilusionan con el equipo. Y nuevamente con Morel como abanderado: desde su zurda salieron los centros punzantes y los remates filosos, y Paraguay no aumentó fue porque en el complemento bajó un poquito el pie del acelerador y reguló la consumada victoria. Tanto, que no extrañó a Salvador Cabañas (por lesión, no fue ni al banco).

Con puntaje ideal en condición de local (le ganó a Uruguay, goleó a Ecuador y paseó a Brasil), Paraguay se perfila como claro candidato a sacar con anticipación su boleto para Sudáfrica. Con las ideas muy claras, sin abusar del juego aéreo, pero siempre teniéndolo como una de sus armas más potentes, con juego por el piso, pero también con bochazos largos y precisos, el equipo del Tata está sólido e inamovible en lo más alto de las Eliminatorias. Claro, es un equipo que está bien arriba. Y que está fuerte de arriba.